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  La mujer
 

La mujer en el judaísmo liberal

Por las Rabinas Helen Freeman y Marcia Plumb (1)

"Afirmamos igualdad de condiciones en la vida sinagogal tanto para hombres como para mujeres. El movimiento judío liberal ha sido pionero en ese respecto en Europa. No hay separación de sexos en nuestras sinagogas. Las mujeres pueden dirigir los servicios, hacerse rabinas y ocupar cualquier cargo en una sinagoga".

"Afirmamos igualdad de condiciones para niños y niñas en la educación religiosa. Por tal motivo, hemos introducido la ceremonia del Bat Mitzvá para complementar el tradicional Bar Mitzvá de los niños a la edad de trece años. También damos mucha importancia a la ceremonia siguiente, el Kabalat Torá ("aceptación de la Torá" o "confirmación") a los quince o dieciseis años."

El judaísmo liberal siempre ha afirmado que la mujer tiene un papel y una participación iguales en todas las áreas de la vida judía. Fuimos de los primeros en ordenar rabinas y hoy en día estamos comprometidos en cultivar las habilidades y talentos de las mujeres en nuestro movimiento.

En la antigüedad, a menudo se consideraba a la mujer como una posesión en vez de un ser humano autónomo con sus derechos y responsabilidades. Por esto, muchas leyes bíblicas relacionadas con la mujer incluyen la protección de la mujer como si se tratase de la protección de cualquier propiedad. Por ejemplo, el décimo mandamiento dice que no se debe codiciar a la mujer de otro hombre, así como ninguna de sus propiedades.

Sin embargo, también existen ejemplos positivos del trato a la mujer en la Biblia. En el caso de las hijas de Zelofehad, las peticiones de las mujeres fueron consideradas y aceptadas por Moisés (Números 27: 1-11). En la Biblia hebrea, existen ejemplos de mujeres influyentes en sus familias y en sus comunidades, como por ejemplo Myriam y Débora. Otras como Ruth y Hanna son modelos de fuerza, coraje y fidelidad. 

La literatura posbíblica refleja que la mujer fue cada vez más apartada de la vida pública. Una regla talmúdica muy citada dictamina que las mujeres no están obligadas a realizar ciertos preceptos positivos y que están relacionados con el tiempo, como vivir en la Suká. Aunque estuvieron exentas
de mandamientos relacionados con el tiempo (Kidushin: 1:7) más que prohibidas, las mujeres fueron excluídas cada vez más de las áreas importantes y usualmente públicas de la vida, estudios y rezos judíos. Hay algunos preceptos relacionados con el tiempo que tienen que ser realizados por mujeres, por ejemplo encender las velas de Jánuka (Talmud Shab 23a) o escuchar la historia de Esther en Purim (Talmud Meg. 4a); sin embargo, las razones que se dan para estas excepciones a la regla son diferentes.

Muchas de las leyes talmúdicas que mantienen a las mujeres separadas de los hombres en las sinagogas, en una planta superior o en la parte trasera, se basan en un intento por liberar a los hombres de la tentación causada por la presencia de mujeres en los alrededores (Mishná Avot 1:5). El judaísmo liberal rechaza leyes como éstas por considerarlas perjudiciales, obsoletas y degradantes tanto para las mujeres, como para los hombres y la vida judía en general. Los hombres y las mujeres se sientan juntos en los servicios ya que todos somos iguales. Así, las familias pueden rezar juntas en todo momento.

Las leyes que tradicionalmente prohíben a las mujeres enseñar, hablar en público o dirigir servicios religiosos se diseñaron para evitarle a los hombres situaciones embarazosas en las cuales éstos sabían menos que las mujeres (Talmud Meg. 23). Sin embargo, sabemos que a través de los siglos ha habido algunas mujeres que han sido maestras y líderes. Por ejemplo, Beruria, una estudiosa del Talmud del siglo II, tomó decisiones halájicas. También se ha citado a Imma Shalom, nacida en el año 50 de la era común (Talmud Nedarim 20b). Doña Gracia Mendes, una empresaria portuguesa que vivió en el siglo XVI fue una importante líder de la comunidad sefaradí.

Reconocemos con orgullo que el papel más importante de la mujer ha sido y es su participación en la vida judía en el hogar. En el ámbito doméstico, mediante la observación de mitzvot (preceptos), como por ejemplo el encendido de velas en Shabat y la educación de los niños, las mujeres contribuyen enormemente al establecimiento de la identidad judía en sus familias.

El judaísmo liberal cree firmemente en que la mujer puede y debe acceder a todos los aspectos de la vida ritual judía, tanto en privado como en público, incluyendo poder llevar talit y kipá, y poder decir el Kadish. No hay un reglamento firme en la ley judía que les excluya de estas prácticas. Por el contrario, en la Mishná se discute si es obligatorio o solamente opcional para las mujeres llevar tzitzit. Rechazamos cualquier costumbre que haya surgido y que prohíba a las mujeres participar en ciertos ritos o en áreas de estudio. Las mujeres constituyen más de la mitad de la población judía. Las alentamos a estudiar y a recibir una educación judía en profundidad para que puedan tomar decisiones acertadas acerca de su vida religiosa.

El judaísmo liberal anima a todas las mujeres a que formen parte activa en la vida de su comunidad. Esto fue ejemplificado por una de las fundadoras del movimiento liberal, la Hon. Llily Montagu. Aunque provenía de una familia privilegiada y estrictamente ortodoxa, desde los 16 años se percató de que el judaísmo estaba en peligro de degenerar en algo sin sentido para la mayoría de los judíos si se convertía en un mero hábito. En 1899 escribió un artículo titulado The Spiritual Possibilities of Judaism Today (las posibilidades espirituales del judaismo de hoy) que llevó a la formación de la Jewish Religious Union (JRU). En 1944 la JRU cambió de nombre a la Union of Liberal and Progressive Synagogues, y en 2003, volvió a cambiar a Liberal Judaism. Montagu realizó a menudo labores rabínicas predicando y dirigiendo servicios. En 1926, fue una de las fundadoras de la World Union for Progressive Judaism. Como judía liberal, consideraba que la acción ética era el deber más importante y dedicó gran parte de su vida al West Central Club y a la sinagoga que ella misma fundó. Como no aceptamos las restricciones tradicionales que se les imponen a las mujeres en lo que respecta a llevar cargos públicos, en muchas sinagogas liberales las mujeres son miembros del consejo, oficiales o presidentas. 

Durante el ciclo de la vida, las niñas se encuentran en igualdad de condiciones en los rituales religiosos. La ceremonia de dar nombre a los bebés es igual tanto para los niños como para las niñas. En esta ceremonia, la participación de la madre es total. Niñas y niños entran en la escuela de religión a la misma edad y participan en igualdad de condiciones en el aprendizaje de su herencia e identidad judía. Puesto que las niñas están totalmente integradas en la vida de la sinagoga liberal, muchas optan por tener un Bat Mitzvá a los trece años y, por lo tanto, seguir con las costumbres tradicionales de participar en el servicio y leer de la Torá. Se espera que todos, niños y niñas, hagan Kabalat Torá (confirmación) más o menos a los dieciseis años. La ceremonia es igual para los chicos y chicas de la misma clase graduanda. La extensión de la educación formal judía a las chicas fue una de las primeras innovaciones de los primeros reformadores en Alemania. El movimiento liberal introdujo esta valiosa oportunidad educativa en Inglaterra y es el único movimiento que apoya un programa nacional para todos sus adolescentes.

Mediante una educación igual para ambos sexos, el judaísmo liberal forma a las mujeres adultas para participar totalmente en la vida religiosa de la comunidad. Además de ser llamadas a la Torá y a dirigir servicios, las mujeres en las sinagogas liberales realizan otras mitzvot, como visitar enfermos o recibir a extranjeros.

El judaísmo liberal permite a la mujer llevar una vida religiosa plena y significativa. Por otra parte, el movimiento liberal en su conjunto ha reconocido la necesidad de utilizar un lenguaje litúrgico que incluya ambos géneros con el fin de evitar referirse siempre a D-s en masculino. Este importante avance ayuda a atraer a la comunidad liberal a mujeres que puedan haberse sentido alienadas o distanciadas por el lenguaje utilizado en la liturgia tradicional.

El movimiento liberal anima a las mujeres a explorar oportunidades para reclamar su herencia judía. Hay grupos que están comenzando a experimentar la celebración de Rosh Jódesh, un festival que celebra la luna nueva y que siempre se ha asociado con las mujeres judías. Muchas oraciones se han adaptado para armonizar más con la experiencia de las mujeres y con la vida moderna en general. En tiempos recientes, el aumento de la actividad de la mujer en la vida judía le ha proporcionado al judaísmo una necesaria energía, mucha creatividad y talento fresco.

(1) Traducido de la página www.liberaljudaism.org por Ariel Sebastián Mercado

 
   
 
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